Para la Argentina además, el 10 de diciembre del año 1983 marcó el fin de la dictadura más violenta de nuestra historia y el comienzo de una construcción democrática duradera.
Desde aquel día, y gracias a la lucha incansable de nuestras Madres y Abuelas y los organismos de derechos humanos, nuestro compromiso con la democracia está marcado inexorablemente con la defensa de los Derechos Humanos.